Creo
que no me equivoco al pensar que, dentro de las muchas ciencias que
controlas, lo que más te gusta es eso de observar el cielo, ¿no es así?
La
astronomía está entre mis materias favoritas, sin duda. Representa
de una manera muy pura ese sistema de pensamiento basado en la
contemplación del cosmos, del que yo soy seguidora.
Has
confeccionado valiosos planisferios, e incluso perfeccionaste el
funcionamiento del astrolabio. No creo que baste con mirar para
arriba por la noche.
(Risas).
En efecto, hay muchas cuentas de por medio.
Son
varias tus obras acerca del estudio de los astros. ¿Esto cómo
funciona? A medida que vais realizando descubrimientos publicáis
ensayos, ¿no? Y luego os los completáis unos a otros.
Sí,
bueno. Creo que el conocimiento ha de basarse en una continua
progresión. El alumno de hoy podrá ser mañana el maestro. He
estudiado en profundidad los trabajos de prestigiosos eruditos como
Apolonio de Perga, Claudio Ptolomeo o Diofanto de Alejandría. Mis
aportaciones a sus investigaciones nacieron de mi sed de saber. Eso
es lo que protagoniza mi vida.
Uf.
Con esta gente ya hablaríamos de matemáticas. Yo de esto entiendo
poco.
Pues
muy mal. Porque el número es la esencia de todas las cosas.
Partiendo de la unidad indivisible, todo surge, dando lugar a una
hipóstasis basada en un principio supremo sujeto a fórmulas
matemáticas. Como defendía Plotino, y posteriormente Porfirio, su
discípulo; de ese uno, nace el nous, y de éste
se vale el alma, que...
Es
un honor recibir lecciones de la más influyente sabia de la
Antigüedad, Hipatia. Pero ya si eso me pasas luego alguno de tus
libros. Necesitaría una base porque ahora mismo no me entero de
nada. No obstante, todo esto me suena más bien a filosofía,
¿verdad?
Efectivamente.
Se trata de la concepción platónica.
Neoplatonismo,
que decimos nosotros. Escuela de la que eres líder. Cuéntame, ¿te
has encontrado con dificultades por ser mujer en tu carrera hacia lo
más alto de la docencia?
No.
Aunque no es mi preocupación situarme en la cúspide de la
enseñanza. Simplemente ofrezco mis clases a todo aquel que siente la
necesidad de recibirlas. Hablo a todo aquel que desea escucharme.
Nuestra doctrina bebe de la corriente pitagórica que manifiesta que
cualquier persona, independientemente de su género, clase social o
credo, tiene la misma capacidad de comprender el mundo. Mi manera de
instruir es hablar con la gente.
Tu
humildad es otra de tus virtudes, teniendo en cuenta que tu posición
ya era importante por ser hija de quien eras. Háblame de Teón.
Mi
padre fue un apreciado maestro. De él aprendí todo lo que pudo
enseñarme, y siempre estuvo orgulloso de que mi ambición me llevara
a continuar estudiando más allá. Fue uno de los más prestigiosos
académicos de la segunda biblioteca de Alejandría, llamada así
porque albergó los textos que pudieron salvarse de la destrucción
de la primera y más importante. Recuerdo con cariño los muchos
momentos que viví junto a mi padre en la segunda biblioteca. Este
centro estaba ubicado en el gran museo que se encontraba en el
interior del templo de Serapis, conocido como Serapeo. El monumental
santuario, fundado por Ptolomeo I Sóter, gobernador macedonio de
Egipto y antiguo general de Alejandro Magno, hace más de setecientos
años, se había convertido en un destino de peregrinación para
estudiosos de todo el mundo. Fue en el año 391 cuando el patriarca
Teófilo llevó a cabo con gusto la acción que el entonces
emperador, Teodosio, le permitió. Desolar el templo. Los conflictos
en las calles empezaban a ser cada vez más frecuentes.
Los
enfrentamientos religiosos amenazaban con quebrantar la ciudad de
Alejandría. ¿Cómo viviste todo esto?
Alejandría
siempre ha sido una ciudad cubierta por un amplio mosaico de
creencias. Aquí y allá, gentes de todos los orígenes han obedecido
sus dogmas. Los cultos helenos siguen estando muy presentes en estas
tierras, la teúrgia también continúa siendo practicada, y la
comunidad judía es muy extensa. Desde pequeña he visto muchas
peleas en las calles entre partidarios de una y otra fe. Sin embargo,
el culto cristiano cada vez está siendo menos tolerante y la
situación cada vez es peor. Desde que en el año 380 el cristianismo
se declarara religión oficial del Imperio, la persecución de lo que
ahora se conoce como paganismo se ha incrementado de manera muy
peligrosa.
Y
en una ciudad tan diversa como Alejandría, los cristianos pueden
calificar como herejía casi cualquier cosa que vean. Dime, los
parabolanos estos... ¿quiénes son?
Representan
una congregación cristiana muy respetada, conocidos por ser los
únicos en atreverse a atender a los enfermos aquejados de los más
terribles y contagiosos males. Pero además no dudan en valerse de la
violencia para enfrentarse a todo aquel que no comulgue con su
religión. Entre ellos hay sacerdotes, monjes de los desiertos o
simples simpatizantes aceptados entre sus limitadas filas, pues son
un cuerpo que no acepta más de quinientos miembros. Suelen habitar
los montes cercanos, pero cada vez se les ve más por la ciudad,
sobre todo desde que, recientemente, Cirilo sucediera a su tío
Teófilo como obispo. Muchos han sido los que han alzado la voz
denunciando el riesgo de que un extremista como él ocupe un cargo de
tal importancia.
Entre
ellos, el prefecto Orestes. ¿Es cierto que te pide consejo?
Orestes
y yo somos buenos amigos. A menudo asiste a mis clases y se muestra
interesado en mi trabajo. Sí, es verdad que acude a mí en busca de
ayuda, recomendación o simple inspiración. Pero mi participación
en la política no pasa de ser un mero asesoramiento. Por desgracia,
la administración se ve inevitablemente afectada por la religión,
sobre todo cuando es ella la que desencadena desórdenes como los que
estamos viendo. Orestes se ha ratificado como oponente de Cirilo.
Pero
el prefecto es cristiano, ¿no?
Sí.
Fue bautizado en Constantinopla antes de asumir su actual cargo. Pero
es obvio que las actuaciones de los extremistas cristianos no van por
buen camino. Ni desde el punto de vista religioso, ni desde el
político, se puede consentir que las personas sean perseguidas,
expulsadas o incluso asesinadas. Orestes ha llegado incluso a
solicitar al emperador Teodosio II que desterrara al obispo, pero el
poder que el patriarcado tiene en Alejandría es ya desmedido. Hace
un tiempo, los parabolanos bajaron de las montañas para asaltar en
un camino el carro en el que viajaba el prefecto. Orestes intentó
calmar a esa panda de violentos recordándoles que era cristiano,
pero ellos no paraban de insultarle. Uno de ellos le tiró una piedra
a la cabeza que lo dejó malherido. Cuando el exaltado fue apresado,
torturado y ejecutado, el obispo Cirilo se encargó de darle una
eminente sepultura, confirmando estar de acuerdo con el fin de la
tentativa de aquel fanático. Afortunadamente, Orestes ya se
encuentra mejor.
¿Y
tú, Hipatia? ¿Qué religión profesas?
Intento
permanecer alejada de este asunto que solo trae disputas. Razón y
fe. Ambas cosas las busco en mi trabajo.
No
insistiré en este tema. Pero dime, ¿practicas el ascetismo?
Mis
estudios y mis enseñanzas me mantienen por completo ocupada en todo
momento. No tengo tiempo para nada que no sea mi trabajo. No, no
quiero invertir mi escaso tiempo en todas esas cosas a las que el
ascetismo también renuncia. De manera que, sí, mi abstinencia
colabora en la purificación de mi espíritu.
Sin
duda, tu extraordinaria aportación a la ciencia debe costar una
dedicación absoluta.
Y
eso es precisamente lo que muchos hoy consideran un pecado.
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